La investigación clínica, el camino para la vacuna del COVID-19

En menos de un año hemos atravesado grandes cambios en todas las áreas de nuestras vidas. Finalizando el 2019, ¿quién se hubiera imaginado que el mundo entero tendría que adoptar medidas estrictas de bioseguridad? En tan corto tiempo el tapabocas se ha convertido en una prenda más de vestir y, el alcohol y desinfectantes han ocupado un importante lugar en bolsos y bolsillos, tanto como los labiales o la billetera.

La investigación clínica, el camino para la vacuna del COVID-19

En menos de un año hemos atravesado grandes cambios en todas las áreas de nuestras vidas. Finalizando el 2019, ¿quién se hubiera imaginado que el mundo entero tendría que adoptar medidas estrictas de bioseguridad? En tan corto tiempo el tapabocas se ha convertido en una prenda más de vestir y, el alcohol y desinfectantes han ocupado un importante lugar en bolsos y bolsillos, tanto como los labiales o la billetera.

A pesar de tantos cambios, un aspecto rescatable de toda esta situación es que se hizo visible a los ojos de la humanidad el proceso de investigación de los medicamentos y vacunas, que va desde la idea, hasta el momento en que son aprobados para ser utilizados en seres humanos, e incluso continúa durante su comercialización. Este camino de investigación ha estado en boca de todos gracias a la pandemia, porque de alguna manera todos nos enteramos en qué iban las diferentes vacunas. También, aclara la necesidad de aportar recursos económicos para poder llevar a cabo la investigación, que finalmente es lo que ha permitido que muchos estudios que ya venían en camino se lograran realizar mucho más rápido de lo habitual.

Pocas personas sabían y, mucho menos se imaginaban, que desde el momento de descubrir que una sustancia o un desarrollo biomédico pueda ser útil para la salud de los seres humanos, pueden transcurrir 12 o más años, pues inicialmente las pruebas se realizan en laboratorio, a esto se le denomina FASE PRECLÍNICA. Cuando se ha observado que puede ser de utilidad y seguro en humanos se pasa a la FASE CLÍNICA, comenzando por FASE I, que se lleva a cabo en el sitio en el cual se hizo el descubrimiento, con unos pocos voluntarios sanos, y en este periodo se continúa verificando que su uso sea seguro en seres humanos, la dosis adecuada a utilizar y los posibles eventos secundarios. Si se obtienen los resultados esperados se pasa a las FASES II y III que se realizan en muchos otros sitios del mundo, con mayor cantidad de voluntarios; estos estudios se llevan a cabo tanto para vacunas, medicinas y dispositivos biomédicos; en estas fases se continúa la verificación de seguridad, posibles eventos secundarios y eficacia. Al pasar estas fases, si todo cumple con los criterios de seguridad, los entes regulatorios mundiales y locales (FDA, INVIMA) aprueban su venta (comercialización). Todos los productos continúan en FASE IV, que es de seguimiento a las reacciones adversas conocidas y no conocidas que se puedan presentar en toda la población que lo use de manera correcta, es decir según las instrucciones del producto.

Durante todas estas FASES, siempre se siguen los lineamientos mundiales de las BUENAS PRÁCTICAS CLÍNICAS, el acompañamiento permanente del Comité de Ética, revisiones y auditorias de los entes regulatorios locales e internacionales.

El Centro de Investigación Clínica CIC está ubicado en Medellín, y desde el 2005 ha llevado a cabo más de 100 estudios clínicos para la Industria Farmacéutica con diferentes medicamentos y vacunas de FASE II, III y IV.

En el 2020 el CIC fue elegido como uno de los centros de investigación clínica para la realización de un estudio de una vacuna que ya ha fue aprobada por la FDA. En la actualidad el CIC está en proceso de participar en la ejecución de otros estudios de FASE III para evaluar otras vacunas contra el SARS-CoV-2 para prevenir la enfermedad COVID-19.

Pero ¿para qué necesitamos más vacunas si ya hay unas aprobadas y en uso?, es muy importante entender que se debe vacunar la mayor cantidad de población mundial, para así disminuir la gravedad de los efectos que produce el padecer la enfermedad de COVID-19, por lo que se deben proporcionar diversos productos y así más oportunidades de vacunarse.

Hoy puedes ayudarnos a disminuir el riesgo y las muertes investigando nuevas vacunas que puedan acelerar el proceso y beneficiar a miles de personas. Si eres mayor de 18 años, no has recibido la vacuna para el COVID-19 y no has padecido de la enfermedad, puedes participar de un estudio clínico, escríbenos al correo info@centrocic.com o al WhatsApp 321 640 79 46 – 322 568 39 71 con tu nombre y teléfono.

¡Súmate a la lucha contra el COVID 19, ayúdanos a encontrar más vacunas!

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